Todos identificamos el jamón ibérico como una de las joyas de la gastronomía española, pero seguro que hay cosas que aún desconocemos. Así que echa un vistazo a 5 curiosidades sobre el jamón ibérico.
1 – Genética
Para calificar un producto como ibérico, debe proceder de animales con un porcentaje genético de la raza ibérica de al menos el 50%, y estar directamente ligado al porcentaje de progenitores.
2 – Comida
Es, a finales de septiembre, cuando el cerdo ibérico se prepara para ir a la dehesa. Para ser considerado “De Bellota”, la alimentación del animal debe haberse basado casi exclusivamente en bellota u otras frutas y hierbas naturales de la dehesa durante la fase de engorde. Es en esta época cuando crece la hierba fresca, después de un caluroso verano, y las bellotas maduran de octubre a diciembre.
3 – Estilo de vida
Al igual que el tipo de dieta, el estilo de vida del cerdo es igualmente importante. El animal debe haber sido criado en la dehesa, en libertad, lo que favorece su ejercicio y ayuda a que la grasa se infiltre más fácilmente en los músculos. Para comprobarlo, basta comprobar que el jamón tiene, en el hueso del tobillo, cerca de la pezuña, una marca negra, que especifica la raza y la dieta.
4 – Salazón
Esta es la fase del proceso que más cuida el sabor característico del producto. Un aspecto fundamental para disfrutar de un buen jamón: no contiene exceso de sal que pueda perjudicar el sabor. El punto de sal es algo personal y varía según la región de origen, siendo característicamente “más salado” en la zona de Jabugo, frente a un “más dulce” en la zona de Guijuelo.
5 – Color
La loncha de un buen jamón, 100% ibérico de bellota, será uniforme, de color brillante y aspecto marmóreo. Si hay mucha diferencia de color entre una parte y otra, o si ese color no se ve vívido, probablemente haya un problema con el proceso de curación.